FADO POR UN REY

Ediciones Bohodón, Madrid, 2022

ISBN: 13-978-84-18633-68-3

Páginas: 267

En el mundo de los misterios, ¿hay misterio mayor que el de la desaparición de un rey? En este caso, la del rey don Sebastián I de Portugal, que los escritores José Guadalajara y Félix Jiménez abordan en su novela FADO POR UN REY.

Según la Historia oficial, don Sebastián murió en la batalla de Alcazarquivir (4 de agosto de 1578), pero los datos y documentación de archivo transmiten otra versión de los hechos, ya que el cuerpo encontrado en el campo de batalla no era el suyo. Oculto don Sebastián durante años a causa de un voto religioso que realizó tras la derrota, reapareció con una falsa identidad (la de Gabriel de Espinosa) en el pueblo de Madrigal, pero fue descubierto y, tras un rápido y amañado proceso, fue ahorcado, desmembrado y esparcidos sus restos por los contornos.

No solo él cargó con las consecuencias, sino también el capellán fray Miguel de los Santos, viejo confesor del rey portugués, ahorcado meses después en Madrid. La monja Ana de Austria, sobrina de Felipe II, con la que don Sebastián (Gabriel de Espinosa) tuvo una hija, fue despojada de su tratamiento real y encerrada en un convento. Con el tiempo, después de haberse convertido en abadesa de Las Huelgas (Burgos), desaparecería y nunca se llegaría a saber su paradero.

La pregunta clave es la siguiente: ¿fue Gabriel de Espinosa el alter ego del rey don Sebastián? Felipe II era entonces, además de rey de España, rey de Portugal y no podía consentir que su sobrino “resucitara”, así que puso todo su empeño en borrarlo de la Historia, dando por hecho que estaba muerto y enterrado en el monasterio lisboeta de Los Jerónimos y que Gabriel de Espinosa era un simple usurpador. Oponerse a esta regia decisión era entonces coquetear con la muerte. Hoy en día, un análisis de ADN del cuerpo enterrado en Los Jerónimos permitiría resolver este enigma.

Unos años más tarde, todo el proceso judicial contra Gabriel de Espinosa fue declarado secreto de Estado por orden del duque de Lerma, valido de Felipe III, hasta que los documentos guardados en el archivo de Simancas salieron a la luz en el siglo XIX. ¿Qué intencionalidad escondía esta decisión?

Son muchas las pruebas y testimonios que avalan la hipótesis de que el rey don Sebastián no muriera en la sangrienta batalla Alcazarquivir. Este supuesto dio origen al sebastianismo. Nosotros nos proponemos, tal como hemos hecho en la novela, airear este misterioso y enigmático caso.

VÍDEOS:

ENTREVISTA

PRESENTACIÓN EN MADRIGAL

Le expresé mi deseo de ver los pliegos del manuscrito de Gabriel de Espinosa que don Emiliano había transcrito en su biblioteca y que habían sido la base para el relato que había elaborado más tarde. Ardía de curiosidad e impaciencia. Ramiro dudó, pero se puso en pie y extrajo una carpeta de cuero del interior de una caja forrada de terciopelo rojo. Se acomodó de nuevo y, antes de abrirla, me miró fijamente a los ojos.

Elvira permanecía en silencio.

―Ese infortunado Gabriel de Espinosa acabó con su cabeza y sus miembros esparcidos por las calles y los muladares de Madrigal ―comentaba Ramiro mientras esbozaba una pícara sonrisa.

―Sé cómo terminó ―añadí, para que no creyera que desconocía esas trágicas circunstancias

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