EL CINE DANÉS: UN ASUNTO REAL

Juan Angulo Serrano

(Algo siguió oliendo a podrido en Dinamarca…)

 Dinamarca, 1768. Su joven rey, Christian VII, hijo de Federico V -que murió alcohólico- y a la sazón con 19 años de edad, recién casado con la princesa inglesa, Carolina Matilde, es un débil mental, posiblemente esquizofrénico, cliente habitual de los burdeles de Copenhague. Acaba de iniciar un viaje por Europa. Conoce en Alemania a Johann Friederich Struensee, médico impregnado de las ideas de la Ilustración, a quien se lleva con él. Su amistad fue tan estrecha que acabó siendo su consejero áulico. Consigue implantar allí las nuevas ideas que recorren Europa, con la total oposición de la aristocracia social y política, la cual, cuando Johann cae en desgracia, se encargará de eliminarlas. Posteriormente, Federico VI, hijo de Christian, las reimplanta, siendo el germen de la actual Dinamarca.

La boda con Carolina fue un asunto de estado y, en varias ocasiones, el rey manifestó que nunca la quiso. Cuando Struensee consigue salvar con una vacuna contra la viruela la vida del hijo de la reina, ya fuera por su juventud -contaba 18 años-, por la indiferencia de su marido, por la proximidad en la corte, por su admiración por el médico -14 años mayor-, lo cierto es que se estableció entre ellos una relación sentimental, creándose un complejo triángulo, ya que el rey también admiraba profundamente al médico. No resulta novedoso en la Historia de las realezas europeas. Recordemos a Rasputín o a nuestro Godoy.

 No creo que contar la primera parte del argumento merme el interés en verla. Muy al contrario, conviene situarse en el momento histórico y tener un somero conocimiento de sus tres principales personajes. La fidelidad a los hechos se da por descontada. Las vicisitudes de este monarca se imparten en los colegios daneses, y demuestra que la Historia es un fondo inagotable para guiones de cine, aunque últimamente no se prodiguen demasiado, sobre todo en nuestro país. (Aprovecho para recordar la interesante película Esquilache, de Josefina Molina, que transcurre en la misma época y en la que también un extranjero quiere modernizar España. Aquí fue el propio pueblo el que se rebeló por no querer dejar de llevar la capa embozada, aunque el verdadero motivo fue la carestía de la vida y la pobreza).

Las buenas películas de este género suelen ser extrapolables a situaciones contemporáneas. Aquí encontramos dicho paralelismo, sobre todo en cuanto a que el poder, ya sea social, político, religioso, económico o de cualquier otra índole, casi siempre es ejercido con un notable desprecio de las gentes.

 Cinematográficamente, se trata de una excelente película, hecha con mimo y delicadeza. No en vano Lars von Trier está detrás, con su productora Zentropa y colabora en el guión. Destaca su puesta en escena y, sobre todo, los actores, con Mads Mikkelsen a la cabeza, encarnando el papel del doctor. Aunque está cerca de los 50, espero que ahora sea su gran momento. Su ambiguo rostro de malo/bueno no resulta desconocido, pues ya le vimos, entre otras, en Rey Arturo, Después de la boda, Casino Royale o en la española Torremolinos 73, de Pablo Berger (que barrió en los Goya con Blancanieves). El canal de televisión AXN está proyectando Hannibal (Lecter, claro) bastante interesante y protagonizada por él.

 Alicia Vikander, bella y elegante como la reina Carolina, tiene un futuro prometedor. Ha intervenido en la última y original versión de Anna Karenina, dirigida por Joe Wright.

Curioso caso el De Mikkel Boe Folsgaard,- ¡vaya nombrecitos! – ya que, aun siendo esta su primera película, borda el papel de Christian VII, difícil de componer, pues por sus características estaba expuesto al ridículo o a la sobreactuación. Consiguió el premio de interpretación en el último festival de Berlín.

 EL CINE EN DINAMARCA

 Lenta e imperceptiblemente, el cine danés actual va impregnando nuestras carteleras. En este momento pueden verse cuatro: la que nos ocupa, La caza, El embajador y Noche de vino y copas. ¡Extraño para una cinematografía que parece desconocida para el gran público! Pero no es del todo cierto. Baste recordar la trilogía de Millenium, basada en las novelas póstumas de Stieg Larsson, las obras de Lars von Trier, Bille August o Christine Beer, de las que haré un resumen al final. O la creación del manifiesto Dogma 95 por el primero y por Thomas Vinterberg (director de la mejor: Celebration) del que no se han hecho demasiadas cintas que cumplan sus reglas, pero que sí ha tenido una notable influencia en el cine posterior. De su decálogo de preceptos, que pretenden que se realice un cine más puro o “casto”, destacaría lo de que se han de filmar con la cámara en mano; en escenarios reales, sin decorados; sin música, salvo la que se ejecute en la misma escena según el guión; en color y sin luz artificial; que al igual que en la tragedia griega, exista una unidad de lugar, espacio y tiempo; o que no se utilicen efectos especiales.

Del cine danés reciente, recomiendo, a quien le interese, la siguiente relación de películas. Casi todas obras maestras. En mi opinión, claro.

DIRIGIDAS POR SUSANNE BIER:

Después de la boda.

En un mundo mejor (Oscar a la mejor película de habla no inglesa).

 POR LARS VON TRIER:

Rompiendo las olas, premio del Jurado en Cannes.

Manderlay, Dogville, que forman parte de una trilogía inacabada sobre E.E.U.U. Bailando en la oscuridad.

 POR BILLE AUGUST:

Las mejores intenciones. Nos cuenta las vivencias de los padres de Ingmar Bergman. Él mismo lo eligió para dirigirla y elaboró el guion. Palma de Oro en Cannes.

Pelle el conquistador, galardonada también con un Oscar.

POR GABRIEL AXEL:

El festín de Babette. Reestrenada recientemente, al cumplirse su 25 aniversario. Igualmente, fue galardonada con el Oscar.

 Como colofón, es imprescindible nombrar al más importante creador de este país y uno de los mejores de la Historia del cine: Carl Theodor Dreyer. Destacaría de toda su obra La Palabra, Dies Irae, Gertrud y La pasión de Juana de Arco (muda). Si surgiera la ocasión, otro día me gustaría ocuparme del cine sueco, que también ha sido fundamental en el devenir de este Séptimo Arte.

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