PROTAGONISTAS INOLVIDABLES EN LA NOVELA HISTÓRICA (II)

Sabino Fernández

Siguiendo exclusivamente con los personajes de ficción, nos vamos a acercar a una novela, quizá no muy conocida por el público en general, pero que merece, y mucho, la pena leer. Esta novela es CREACIÓN de Gore Vidal.

Para resumir un poco el argumento, para aquellos lectores que no se hayan acercado a este magnífico libro, el protagonista, Ciro Espitama, recorre todo el mundo intelectual del siglo V a.C. desde la Grecia de los filósofos presocráticos y el propio Sócrates hasta la China de Confucio y Lao Tse. Este protagonista, prototipo del viajero infatigable en busca de la sabiduría y los fundamentos del hombre y la filosofía, recorrerá toda Persia y asistiremos, desde el punto de vista persa, a las guerras médicas (muy distintas de la grandiosidad con que son consideradas en Occidente. Para los persas no eran más que escaramuzas de frontera), la India con la filosofía budista que empieza a “afectar” fuertemente a los reyes indios y la propia China que bulle entre las ideas tradicionales del taoísmo y el creciente ascendiente del confucianismo. Como digo, el protagonista es un viajero, curioso a más no poder, que entabla diálogos filosóficos allá donde puede y trata de descubrir el sentido de la vida.

De Ciro Espitama, saltamos a una novela mucho más popular: LOS PILARES DE LA TIERRA de Ken Follett. En ella encontramos varios prototipos de personajes.

El primero que se nos viene a la mente es Tom Builder, un humilde maestro cantero que es capaz de plegarse a todo para obtener el sustento de su familia. Pese a su inteligencia, sobrevive a duras penas e incluso es incapaz de evitar abandonar a un hijo recién nacido o evitar la muerte de su esposa debido a su pobreza. Defiende a su familia por encima de todo y no le importa humillarse en este camino. Tendrá un final trágico como corresponde al personaje prototipo del sacrificio personal.

Ellen, que acabará siendo la mujer de Tom Builder, es todo lo contrario. Es una mujer fuerte, culta, incluso temida como bruja, pues, tras ser asesinado su primer amante, se retira al bosque y cría a su hijo, Jack, con los valores del orgullo y la venganza. Esta mujer, en esencia maltratada toda su vida y símbolo de la modernidad en pleno siglo XII, lejos de la sumisión de Tom, persevera en su ideología de derrotar al mal y al final lo consigue, llevando a la ruina a los poderosos elementos que la pretendían derrotar e incluso atreviéndose a maldecir el matrimonio de su hijastro.

El hijo de Ellen, el pelirrojo Jack, es, quizá, el protagonista principal de la novela. Joven ambicioso que no duda en cometer alguna ilegalidad (quema la antigua catedral para darle trabajo a su padrastro Tom), es sobre todo un gran talento que, relegado por su hermanastro mayor Alfred (brutal, falto de talento y presuntuoso) en el trabajo y en el amor, no duda en peregrinar por Francia, donde aprende el estilo gótico que empieza a florecer y llega hasta Compostela donde se instruye en las matemáticas. Con este bagaje, termina triunfando en el trabajo: acabará construyendo la primera catedral gótica de Inglaterra y se podrá casar con su amor de juventud, Aliena.

La otra gran protagonista de la novela es, precisamente, Aliena. Hija de conde, Aliena se ve en la necesidad de mendigar por los avatares políticos de la época y un complot contra su padre. Bajada del pedestal de la nobleza, violada por el malvado William, no duda en descender a la tierra y convertirse en una tratante de lana y recomponerse nuevamente tras un nuevo desastre. Su meta es recuperar el condado para su hermano Richard y hará todo lo posible para ello, incluso renunciar a su amor, Jack, por el matrimonio con el vulgar y brutal Alfred. Finalmente, da a luz un niño pelirrojo, lo que hace que su marido la repudie y peregrine en busca de su amor para, al cabo, encontrarlo y, tras más sucesos, acabar triunfando y siendo de nuevo la condesa de Shiring. Este personaje es el calco del boxeador que es golpeado sin piedad, se cae y vuelve a levantarse, por orgullo, por amor y, sobre todo, por honor. Es un personaje tremendamente fuerte en una envoltura que podría no serlo, pues se trata de una mujer, noble y malcriada; por lo tanto, débil, y con enemigos muy poderosos.

Por último, no puedo dejar de citar otro personaje de la novela que corresponde a la integridad moral por encima de todo, aunque no exento de una fuerte dosis de ambición. Éste es el prior Philip. Consigue hacer de su pueblo el primero con una catedral gótica, superando, siempre con ingenio y bondad, ambos combinados, todos los inconvenientes que van surgiendo por el camino y las envidias y palos en las ruedas que los poderosos ponen a su proyecto. Es el ejemplo del tesón, el talento y la inflexibilidad ética, incluso frente a muchos de los protagonistas amados por el lector en la novela.

Para cerrar este artículo, y ya que celebramos el centenario de la Primera Guerra Mundial, citaré al protagonista de LAS AVENTURAS DEL BUEN SOLDADO SVEJK. Este personaje, borrachín, rayano en la estupidez e incluso declarado enfermo mental por un tribunal médico, nos va mostrando parte de la inutilidad de la guerra (en este caso la IGM), de lo absurdo del patrioterismo, de la incapacidad de los mandos y, en fin, de todo lo estúpido de la guerra, a través de un humor hilarante que lo convierte en un idiota entrañable.

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