LA REPRESENTACIÓN DE LOS REYES MAGOS

José Guadalajara

Mosaico-de-San-Apolinar.-Siglo-VIA mí dicen Gaspar;

este otro, Melchor; a aquéste, Baltasar.

Rey, un rey es nacido que es señor de tierra,

que mandará el siglo en gran paz, sin guerra.

Conservada en un códice de la catedral de Toledo, la Representación de los Reyes Magos, escrita probablemente en la segunda mitad del siglo XII, es considerada la primera muestra teatral  en lengua castellana.

Consta de 147 versos de diferentes medidas y ofrece una trama bien conocida: el encuentro de los tres Reyes Magos que, siguiendo la estrella, viajan en dirección a Belén. Una vez aquí, visitan el palacio del rey Herodes, a quien comunican el nacimiento de un niño de estirpe real. Acto seguido, mientras los reyes se dirigen al portal para ofrecer sus presentes (oro, mirra e incienso) al recién nacido, Herodes pregunta a sus rabinos si conocen tal acontecimiento, a lo que éstos le responden del modo siguiente:

RABÍ 1:  Por veras vos lo digo

               que no lo fallo escrito.

RABÍ 2:  ¡Hamihalá!  ¡Cómo eres enartado!

               ¿Por qué eres rabí llamado?

               Non entiendes las profecías,

               las que nos dijo Jeremías.

               Por mi ley, ¡nos somos errados!

               ¿Por qué non somos acordados?

               ¿Por qué non decimos verdad?

RABÍ 1:  Yo non la sé por caridad.

RABÍ 2:  Porque no la habemos usada,

               ni en nuestras bocas es fallada.

Aquí concluye el texto. Se ha creído, por tanto, que estaba incompleto, ya que no aparece la escena de los reyes frente al portal y, tal vez, la posterior matanza de los inocentes. Sin embargo, como ha demostrado el catedrático de la Universidad Complutense de Madrid, Ángel Gómez Moreno, la Representación o Auto de los Reyes Magos, más que incluirse en el ciclo dramático de la Navidad, guarda relación con las polémicas medievales entre cristianos y judíos sobre la verdad de la auténtica religión. Se trata del enfrentamiento entre Synagoga y Ecclesia, que, lógicamente, al tratarse de un escrito castellano de raigambre cristiana, termina con el triunfo de la Ecclesia, tal como deja entrever la respuesta del segundo rabino.

Nada se sabe sobre su posible representación en la época en el interior de la catedral toledana, aunque, debido a la falta de indicaciones dramáticas en el texto, bien pudo haber sido escrita para ser leída en voz alta. En todo caso, constituye una importante muestra de un incipiente teatro en lengua vernácula.

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