RENNES LE CHATEAU: TIERRA DE RHEDAE

Melissa Carmona Debruille

Rennes-le-ChâteauVeinticinco siglos de historia impregnan Rennes le Chateau, pueblo situado en el Languedoc  (sur de Francia), región agrícola, llena de valles y montañas, en la que se atisba desde el horizonte la grandiosidad de los Pirineos. Los primeros habitantes, los galos del sur, hombres de origen celta, situaron en la cima de la colina su aldea, convirtiéndose más tarde en una ciudadela que  fue la capital del condado, antes de caer ésta en el olvido a partir de la Edad Media.

En la época prehistórica la aldea se llamaba Rhedae y estaba considerada lugar sagrado por las tribus celtas.

La historia de Rennes ha sufrido varios periodos de prosperidad y decadencia. En los siglos I y II  existió en el lugar un taller donde fabricaban monedas. Esta época estaba marcada por el desarrollo del culto pre-cristiano, en donde Rennes pudo ser el eje. A raíz  de esto, el apogeo de Rennes se hace visible gracias al surgimiento de la religión.

En tiempos de los romanos, Rennes se convirtió en un lugar próspero gracias a sus minas y a las aguas termales. Éstos  también la consideraban sagrada y su situación elevada le otorgaba importancia desde el punto de vista militar.

Otro periodo de auge se produce en los siglos IV y V, tiempo en que el arrianismo (religión traída por los visigodos a la región) alcanza su máximo esplendor y en donde los visigodos establecen su reino llamándola Septimania. Rhedae (Rennes le Chateau) fue su baluarte.

Según un escrito del año 831, el primer conde de Rhedae que reinó en las tierras del Languedoc fue Guillermo I, descendiente de Teodorico.

En los siglos X y XII, cátaros, templarios y Blanca de Castilla, regente de Luis IX, se cruzan por estas tierras ásperas, dejando  grabada sus huellas en las ruinas de los castillos que, aún a pesar del paso del tiempo, siguen en pie.

En los quinientos años sucesivos fue invadida por francos y árabes, siendo cedida en el siglo XI a los condes de Barcelona.

Varios tesoros fueron enterrados en la zona, lo cual explicaría en parte la repentina riqueza del cura, Berenguer Saunière: el oro que los visigodos sacaron de Roma en el año 410; el tesoro de Blanca de Castilla; el tesoro de los cátaros, del rey Dagoberto.

En el siglo XIII los Caballeros del Norte, bajo el mando de Simon de Montfort, abatieron a los cátaros y se apoderaron del Languedoc. En el siglo XIV, Rennes fue diezmada por la peste. La zona pasó a ser agrícola y la pequeña ciudad encaramada en una colina quedó reducida a un pequeño pueblo que podemos vislumbrar en la actualidad.

El rol religioso y militar fueron la clave para el desarrollo de la historia de Rennes le Chateau.

En cuanto a la historia moderna del lugar se desarrolla  ésta en el año 1885 con la llegada de un cura, François Berenger Saunière. Un cura pobre y carismático que, de la noche a la mañana, alcanza una riqueza incalculable, pudiendo comprar, remodelar  y construir a su antojo. ¿De dónde sacó esa fortuna? Ahí empieza el misterio De Rennes le Chateau.

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