DUNKERKE

Juan Angulo

Cristopher Nolan es uno de mis directores favoritos vivos, como Francis Ford Coppola, Woody Allen, Mel Gibson, entre otros.

La mayor parte de su cine está impregnado de fantasía y Ciencia ficción. Baste recordar El Caballero Oscuro, Interstellar, Origen, Memento (uno de los mejores guiones que se hayan escrito).

En casi toda su filmografía predomina la acción, por lo que no es de extrañar que se haya atrevido a rodar Dunkerke donde, curiosamente, hay menos acción que en otras, y nada de fantasía.

Se han producido decenas y decenas de películas sobre el Día D, Hora H, y sobre el desembarco de Normandía, pero pocas sobre aquel hecho.

La maestría de Nolan vuelve a aparecer en un montaje apabullante. Hay pocos diálogos. Las imágenes sobran y bastan para transmitir la angustia, el miedo, el deseo de supervivencia de los soldados atrapados.

Otro acierto es que se trata de una película coral, donde ningún personaje destaca demasiado, con un “casting” espléndido, lo que facilita, con pequeñas pinceladas, que nos sintamos en su piel y en sus emociones. Destacaría el papel de Dawson, patrón de un barco que, con su hijo Peter, acuden por su cuenta al salvamento.

No utiliza casi los efectos especiales. Participaron en el rodaje seis mil extras (recuerdo que Mel Gibson hizo lo mismo en Braveheart, sobre la que ya escribí en esta página). En algunos momentos me recordó al Spielberg de Salvar al soldado Ryan. Curiosamente, participó de forma indirecta dándole consejos sobre qué cámaras utilizar.

La música de Hans Zimmer, espectacular cómo siempre, adaptándose perfectamente a lo que necesitaba esta película.

Hay quién dice que es la mejor cinta de Nolan y una de las mejores de 2017. Disiento de esa opinión, aunque reconozco que es casi una obra maestra.

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