Editorial: La Factoría de Ideas (Madrid)Un apasionante visita a la Castilla del siglo XV, con sus turbulencias políticas y religiosas: esto es Signum.
«Fue mi primera novela y reconozco que pesó más en ella la densidad histórica que el dinamismo de la ficción».
Trama
La venida del Anticristo y la proximidad del fin del mundo se convierten en una auténtica obsesión en la primera mitad del siglo XV. En este ambiente se sucede una serie sangrienta de asesinatos sobre los que pende un absoluto misterio. La búsqueda de la clave de los signos de una esfera dibujada en un pergamino que acompaña el testamento del rey Enrique III, el abuelo de Isabel la Católica, mueve los pasos del protagonista de esta novela, un fraile franciscano del convento de Sancti Spiritus. Su vida es un constante torbellino evolutivo que le arrastra desde sus pasiones de joven enamorado hasta su definitiva profesión de fe y su incursión en el frenético mundo de la profecía.
En esta novela, narrada en primera persona por el protagonista, José Guadalajara ha recreado todo el ambiente histórico comprendido entre la muerte del rey Enrique III de Castilla, acaecida en el viejo alcázar de Toledo en 1406, hasta la de su sucesor Juan II en 1454. Cubre, por lo tanto, toda la primera mitad del siglo XV, un periodo marcado por los constantes enfrentamientos entre la monarquía y la nobleza, pero caracterizado a su vez por ser una época de importantes manifestaciones literarias, sobre todo en el género de la poesía amorosa bajo lo que se ha denominado amor cortés.
Pero en Signum el autor se enfrenta al reto de trasladar a la ficción todo un ambiente centrado en el mundo profético y en las supersticiones en torno a la venida inminente del Anticristo, lo que suponía, según las creencias de aquellos tiempos, que el fin del mundo habría de producirse tres años y medio después. En este sentido, la novela se inicia con la célebre predicación de fray Vicente Ferrer en Toledo en 1411, varios de cuyos sermones versaron sobre la idea de que el Anticristo ya había nacido y acababa de cumplir siete años. Este fraile dominico llegó a la ciudad del Tajo acompañado de un impresionante cortejo de flagelantes, que se azotaban las espaldas al ritmo ritual de los cánticos y el fervor del gentío circundante.
Es en este escenario en donde tiene lugar el encuentro entre Juan Unay, el protagonista de esta novela, y un enigmático pordiosero llegado a Toledo en esos días y que tanta influencia ejercerá sobre el primero.
LA FIGURA DEL ANTICRISTO
El Anticristo fue una realidad en la Edad Media. Desde los primeros siglos del cristianismo su figura fue cobrando dimensiones fabulosas. Se le identificó con el número 666, una cifra que aparece en el Apocalipsis, el último libro de la Biblia y a la que muchos profetas y visionarios, asociando números y letras, quisieron ponerle nombre.
Se esperó su venida, más cercana cuanto mayores eran los pesares y miserias que aquejaban a los humanos. Se le puso rostro y proporciones: unas veces fue un monstruo de siete cabezas y diez cuernos; otras, un ser horrible o deforme, aunque en ocasiones se le representó como un hombre de aspecto bondadoso y nobles maneras, un trasunto del propio Cristo, pero que ocultaba bajo esa santa apariencia una enorme maldad. En todo caso, siempre gozó de un inmenso poder y de unas facultades extraordinarias. Reinaría durante tres años y medio, tras los cuales habría de producirse el inevitable fin del mundo.
José Guadalajara ha estudiado sus orígenes, su evolución y características en dos libros esenciales: Las profecías del Anticristo en la Edad Media y El Anticristo en la España medieval, ambos basados en un riguroso estudio de la tradición sobre este personaje, su historia y las profecías vinculadas al mismo. En la ficción literaria sus investigaciones cobraron forma en Signum, una novela histórica en la que su protagonista se ve inmerso en aquel ambiente apocalíptico que tantos temores suscitó a lo largo de la Edad Media.
ENTREVISTA