COMO EL VIENTO EN LA ESPALDA (ELENA MUÑOZ)

José Guadalajara 

Conocí a Elena Muñoz en una tarde otoñal de literaturas. Se celebraba el I Encuentro de Escritores de Rivas Vaciamadrid y, al finalizar una de las jornadas, se acercó hasta mí para saludarme y felicitarme por mi conferencia y con la propuesta de llevarme como invitado a la Tertulia del Este. Quedamos antes para que le dedicara una de mis novelas y, a partir de entonces, Elena Muñoz me fue aportando ideas e iniciativas para el desarrollo de actividades con Escritores de Rivas. Hoy es animadora y coordinadora de este grupo literario, ahora convertido en Asociación. Y su trabajo resulta imprescindible.

Elena es una mujer inteligente, vital y muy activa, asomada constantemente al balcón de las redes informáticas para dejar en ellas muestras de su vocación social y literaria y de su desvelo por la difusión cultural. Su blog “Mi vida en tacones” (http://mividaentacones59.blogspot.com.es/) es casi “un diario de abordo” que entrecruza experiencias, reflexiones y hechos de actualidad desde el ingenio y el don de la oportunidad. Precisamente, las entradas de este blog son las que abren cada uno de los capítulos de su primera novela COMO VIENTO EN LA ESPALDA, todo un reto iniciático que la ha lanzado a los espacios de la literatura impresa.

La conjunción de estas entradas del blog con la narración propiamente dicha de la novela nos adentra en una trama de amor y misterio que nos descubre los ángulos y pliegues sentimentales de una Marta Nogales que vive la vida como un impulso irrenunciable. Elena Muñoz, tan dinámica y analítica como su personaje, sabe pulsar muy bien las teclas de su escritura para obtener un armónico entramado en el que la intriga se llena de resonancias autobiográficas tamizadas por la ficción literaria.

LA VOZ DEL AUTOR

¿Por qué escribir esta novela? Esta es una de las preguntas que más se repite en las diversas entrevistas que, sobre COMO EL VIENTO EN LA ESPALDA, me han hecho. Y la respuesta siempre ha sido la misma: por necesidad de espacio y de tiempo para narrar unos hechos que necesitaban ser contados.

El escultor y pintor renacentista Miguel Ángel Buonarroti, a quien admiro desde siempre, dijo en una ocasión, al comentar una de sus obras, que él, solamente, había sacado lo que escondía la piedra. Pues algo así me sucedió cuando me decidí a empezar a escribir COMO EL VIENTO EN LA ESPALDA: creo que mi novela, esta primera novela, estaba oculta dentro de mí, asomando a retazos a través de las entradas de mi blog Mi vida en tacones hasta que un día la permití aflorar en toda su magnitud. Quizá esa sea una de las ventajas de abordar un proyecto como este cuando la edad y el recorrido vital te permiten tener mayor seguridad para describir y compartir sentimientos y experiencias, por lo demás comunes a todos.

Hay mucho de mí en esta obra, no solo esos elementos autobiográficos que, para los más cercanos, son reconocibles, sino de la absorción de las experiencias ajenas, de los tiempos que me han tocado vivir, del dolor y de la alegría. Mucho tiempo ha pasado desde que era una niña de largas trenzas para la que un libro era una puerta a la aventura, pero ese espíritu se ha mantenido en mí mientras escribía COMO EL VIENTO EN LA ESPALDA, en el deseo de que los lectores encuentren conmigo las emociones y el misterio que yo he ido dejando entre sus páginas.

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